En el proyecto 'Adicción en el cerebro: Ethically Sound Implementation in Governance (A-BRAIN)', un consorcio internacional de investigación tiene como objetivo identificar el aparato de puntos de vista en torno al Modelo de Adicción a las Enfermedades Cerebrales (BDMA), con el fin de desarrollar un buen gobierno para aplicar el BDMA en la práctica.
La adicción es un problema de salud pública de alcance mundial con consecuencias devastadoras para la sociedad y el individuo adicto. Sólo en los Estados Unidos y el Canadá, aproximadamente 21 millones de personas de 12 años o más son adictas al alcohol u otras sustancias (Center for Behavioral Health Statistics and Quality, 2013). El uso y el abuso excesivos de alcohol, drogas ilícitas, medicamentos no prescritos y tabaco equivalen a más de 700.000 millones de dólares anuales en costos asociados con la delincuencia, la pérdida de trabajo, la falta de vivienda y la atención de la salud (Departamento de Salud y Servicios Humanos, 2014; Evaluación nacional de la amenaza de las drogas, 2011).
Habida cuenta de estas cifras y consecuencias inquietantes, parece que después de decenios, incluso siglos, de esfuerzos por reducir la adicción, por ejemplo penalizando los comportamientos adictivos, no se han obtenido resultados satisfactorios. Investigaciones recientes han aportado pruebas convincentes de que la adicción podría considerarse mejor como una enfermedad adquirida o desarrollada del cerebro.
A-BRAIN estudia la articulación y la difusión de la BDMA en diferentes contextos: los medios de comunicación públicos; la comunidad científica, los expertos y los responsables políticos; los programas de prevención; y los clientes y el personal en el tratamiento de las adicciones. Los métodos empleados son encuestas, entrevistas grupales y análisis del contenido de los medios de comunicación. El consorcio internacional de investigación que ejecuta este proyecto elaborará directrices para la realización de investigaciones neurocientíficas sobre la praxis del tratamiento de las adicciones en la sociedad.
Estas directrices tienen en cuenta consideraciones éticas, así como la perspectiva de diversos grupos interesados en las adicciones. El proyecto también desarrollará y pondrá a prueba un nuevo instrumento de medición de las actitudes hacia la BDMA y la forma en que ésta puede utilizarse para informar mejor a los jóvenes sobre la adicción, el origen y las consecuencias de los comportamientos adictivos. Así pues, si la BDMA puede contribuir a desarrollar intervenciones (más) eficaces dirigidas a los comportamientos adictivos y a prevenir la adicción entre los adolescentes.