El proyecto Co-Venture es un ensayo que investiga los efectos de un programa de prevención del alcohol y las drogas basado en pruebas, PreVenture, en el desarrollo de los trastornos por consumo de sustancias y el desarrollo cognitivo en la adolescencia. Este proyecto fue posible gracias a la financiación del Instituto Canadiense de Investigación sobre la Salud (CIHR).
El inicio del consumo de alcohol a los 14 años o antes de esa edad predice un mayor riesgo de desarrollar trastornos por consumo de alcohol y drogas, problemas de salud mental y un rendimiento académico deficiente. En la provincia canadiense de Quebec, los jóvenes pueden empezar a beber antes y mostrar un crecimiento acelerado en el uso de sustancias en relación con otros jóvenes norteamericanos. Los cerebros de los adolescentes pueden ser particularmente susceptibles a los daños causados por el consumo de alcohol debido a la importante neuro-maduración que se produce durante este período. Dado que la mayoría de los estudios neuropsicológicos realizados con adolescentes son de corte transversal, ha sido difícil concluir si las anomalías cognitivas descritas son causales o consecuentes del consumo de alcohol. Por lo tanto, es importante evaluar el uso de sustancias y el funcionamiento cognitivo en múltiples puntos temporales en un diseño longitudinal para examinar la secuencia de desarrollo y las interacciones entre la captación y el crecimiento del consumo de alcohol y el desarrollo cognitivo. Además, el funcionamiento cognitivo debe evaluarse antes de que se inicie el consumo de alcohol.
A fin de evaluar la eficacia del programa de prevención del uso de sustancias y los resultados en materia de salud mental y cognitiva, Co-Venture involucró a 31 escuelas del área metropolitana de Montreal en un ensayo controlado y aleatorio por grupos. Las escuelas reclutadas fueron asignadas al azar a las intervenciones preventivas dirigidas a la personalidad o a la condición de control. Todas las intervenciones dirigidas se realizaron a nivel escolar en lugar de a nivel individual. Alrededor de 3800 estudiantes de séptimo grado fueron reclutados en el proyecto entre 2012 y 2014. Los estudiantes de alto riesgo tenían que obtener una puntuación de una desviación estándar o más por encima de la media de su escuela en una de las cuatro subescalas de rasgos de personalidad de la Escala de Perfil de Riesgo por Uso de Sustancias (SURPS). Estas puntuaciones se evaluaron en una batería de cuestionarios junto con el uso de sustancias autoinformadas, los síntomas de salud mental, las medidas de funcionamiento cognitivo y sociodemográfico en el primer año de participación.
El equipo de investigación supervisó y capacitó hasta cinco miembros del personal por cada escuela de intervención para realizar las intervenciones dirigidas a la personalidad de sus estudiantes de alto riesgo en el primer año del ensayo. En las escuelas de intervención, se invitó a 700 estudiantes de alto riesgo identificados a participar en dos sesiones de talleres de prevención de 90 minutos cada una. Las intervenciones se llevaron a cabo utilizando manuales basados en un modelo de terapia cognitivo-conductual que incorpora componentes de entrevistas psico-educativas y motivacionales. Una vez finalizada la intervención, se efectuaron seguimientos utilizando la batería de primer año hasta el 11º grado. La evaluación inicial y el seguimiento posterior se evaluaron con la batería de evaluación computarizada Psytools en la escuela durante los períodos escolares. Los resultados de este ensayo longitudinal separarán las secuencias de desarrollo de la captación y el crecimiento en el uso de sustancias y el desarrollo cognitivo en la adolescencia utilizando medidas neuropsicológicas sensibles al desarrollo.