En Quebec, los niños y adolescentes que viven en condiciones de vulnerabilidad económica/social y que se enfrentan a la adversidad socioemocional están sobrerrepresentados entre los que presentan dificultades de aprendizaje y de comportamiento, especialmente las externalizadas (Quinlan et al., 2017). De hecho, la exposición al estrés psicosocial puede alterar el desarrollo cerebral, creando un riesgo para el desarrollo de problemas de comportamiento (Mackey et al.,2015) vinculados a la impulsividad y la regulación de las emociones (Afzali et al., 2020).
Hasta la fecha, la literatura sobre la eficacia del programa PreVenture muestra la importancia de centrarse en la prevención y el desarrollo de intervenciones que tienen como objetivo apoyar a esta población vulnerable en temas psicosociales y de salud mental. También pone de manifiesto la posibilidad de intervenir con independencia del tipo y el umbral de vulnerabilidad, adaptando los medios utilizados para ofrecer apoyo (Edalati et al. 2019; Slade et al., 2020) y haciéndolos accesibles a todos (Edalati y Conrod, 2020).
Para abordar los problemas a los que se enfrentan los jóvenes de varios barrios desfavorecidos de la provincia, la Cátedra de Investigación Marcelle y Jean Coutu de Pediatría Social Comunitaria de la Universidad de Montreal se basa en modelos y programas de intervención específicos. El Dr. Gilles Julien desarrolló el modelo de Pediatría Social Comunitaria (PSC) que integra diferentes intervenciones individualizadas para los jóvenes y sus familias. El modelo se inspiró en el marco del ecobiodesarrollo que orienta diversas intervenciones para niños expuestos a la pobreza económica y social.
El marco tiene en cuenta el impacto de dicha adversidad en la trayectoria de desarrollo del niño y se refiere al "estrés tóxico" como resultado de la activación prolongada de las respuestas biológicas al estrés debido a una exposición sostenida a experiencias adversas en la primera infancia. La exposición temprana a experiencias adversas también puede afectar a las capacidades naturales de afrontamiento necesarias para hacer frente a los retos posteriores. Además, puede aumentar el riesgo de que el propio contexto vulnerable se perpetúe dentro de la comunidad a través de un ciclo de abusos que promueva comportamientos sociales inadecuados (Edalati y Conrod, 2020).
Aunque el modelo CSP está ampliamente implantado en varias comunidades de la provincia, aún no se han evaluado sus efectos a largo plazo.
